lunes, 29 de noviembre de 2010

SONREÍ, QUE VIENE GENTE

Amiga: ¿Sabes algo de él?...
preguntó inocentemente. Y bastó eso para que en su interior se desatara una escena dantesca...

La estratega intentó inútilmente ensayar algunas repuestas con aquellas viejas tácticas con las que solía salvar situaciones, mantener las facciones neutras, disimular, pero no encontró las acertadas porque alguien ya le había "quemado los libros".

La romántica deliraba frases incoherentes en torno a las "tres marías" que Dios había tatuado con una constelación de lunares en su cara.

Ni siquiera la guaranga se salvó, que era la más pragmática y sabía como dar vuelta la página: se le agolparon en su memoria las escenas y su piel erizada clamaba que extrañaba esas siestas en penumbras.

Sin embargo, sólo alcanzó a relajar las comisuras de sus labios y pudo responder simplemente...

María: no, no supe nada más de él...


Las matrioskas suspiraron aliviadas, después de todo a veces basta la respuesta de una sonrisa.

2 comentarios:

  1. Amiga: jejejeje por siento un déjà vu en este momento besotes

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  2. hum... amiga de María, me parece que este post fue en parte culpa tuya jejeje. Besotes, nena.

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